
Herminio
y Miguelito
Estrenada
por la compañía Sobradún bajo la dirección
de Eloi Beato en 1994.
Sinopsis:
Exabruptos expulsados como si fueran esputos, apología del
aborto, actitudes de alta peligrosidad social disfrazadas de divertidas
anécdotas, chistes malos, jotas, posturas políticamente
incorrectas, sexo, elogio de la pereza, filosofía barata,
desafío a la autoridad, zaping, mala fe, desprecio a la propiedad
privada, escatología, mujeres maltratadas, falta de tacto,
gamberradas, droga, crueldad con los animales, bromas por teléfono,
defensa del bakalao, insultos indiscriminados, escarnio a la religión
católica, falta de respeto a la figura del jefe del estado,
peregrinos juicios de valor...
¡Verdades como puños representadas con el característico
mal gusto que emana de las historietas de los mismos personajes!
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30
millones de gilipollas
Escrita
en colaboración con Eloi Beato y estrenada por la compañía
Sobradún bajo la dirección de Roberto Cuesta en 1996.
Otras
compañías que han puesto en escena el mismo montaje:
Aristoi y 7 sin telón 7.
Sinopsis:
Las calles de la ciudad están prácticamente desiertas;
sólo los que no tienen otro remedio, los que viven al margen
o los que no se han enterado de que hoy España disputa contra
Brasil la final del Mundial de fútbol, se enfrentan al caluroso
sol de esta tarde de agosto.
La estafa, el hurto, la suplantación de personalidad, el
gorroneo, el reparto de pizzas, el chantaje, el travestismo, el
lenocinio, el squash, la mendicidad, el falso testimonio, la ostentación
de teléfonos móviles, el delito de amenazas, la violación
de correspondencia, la quema de mobiliario urbano o la danza contemporánea,
son algunas de las entretenidas, pero reprobables ocupaciones, a
las que estos carismáticos personajes se entregarán
sin pensárselo dos veces. |

No
hay huevos
Escrita
en colaboración con Eloi Beato y estrenada por la compañía
Sobradún en 1998 bajo la dirección del mismo Eloi
Beato.
Sinopsis:
Un artista plástico atraviesa un bache en su carrera y se
ve obligado a realquilar una de las habitaciones de su estudio a
un reservado vendedor de seguros. La mentalidad conservadora de
este último entra en conflicto con el libertino carácter
del pintor y su primo; un parado de larga duración que pasa
allí su abundante tiempo libre viendo la televisión,
masturbándose con frecuencia y dando su parecer sobre cualquier
asunto.
Obligado por presiones comerciales el artista cambiará su
estilo a uno pseudopornográfico, el vendedor perderá
su empleo, el parado se verá obligado a enfrentarse a la
responsabilidad de cuidar de un bebé, y otros personajes,
como un violento macarra, un cartero cojo con problemas de dicción
o un gigoló bisexual habitual de los programas televisivos
de crónica rosa se verán envueltos también
en enloquecidas escenas propias de una comedia de situación
de TV.
La cultura oficial, las relaciones entre sexos, la monarquía,
las drogas y el famoseo son algunos de los temas claves que se abordan
alegremente en esta farsa de nuestro tiempo
Sintonía
de Esteban Light para esta obra (1,3 megas)
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Se
empieza por los porros
Escrita
en colaboración con Santi Orúe y estrenada en 2001
por la compañía Tres
tristes tigres bajo la dirección de Fernando Alamañac.
Obra finalista a los premios Max 2002-2003 en el apartado "espectáculo
revelación".
Sinopsis:
¡Qué
fácil es justificar las propias debilidades y condenar sin
miramientos las de los demás! A esas dos actividades se dedican
principalmente en esta obra un puñado de personajes de muy
distinta condición retratados en nueve momentos del mismo
día. Todos se enfrentan a su vida cotidiana a lo largo de
un sábado. La presencia de nueve drogas (hachís, tabaco,
alcohol, cocaína, café, anfetamina, ácido lisérgico,
heroína y éxtasis) articula sus relaciones y sirve
de excusa para reflejar de forma humorística, pero también
fiel a la realidad, comportamientos típicamente humanos.
Diálogos ágiles, discursos retorcidos y distintas
formas de ver las cosas en una comedia en la que sólo se
ha evitado a toda costa la presencia de la droga más mortal:
la moralina. |